El recuerdo más dulce (Parte I, odio)./ The sweetest dream (Part I, hate).

Estaba de visita en Londres a mediados del año 2010. Después de un largo día de museos, y otras atracciones turísticas decidí salir por un trago una noche, literalmente un trago justo en la mitad de la semana. Me dirigí a un bar que se veía bastante animado, con muchas luces en la entrada, y con un par de porteros esperando para dar la bienvenida a los clientes. Uno de los porteros era un gigante, impresionante físico con fuerte acento Inglés que hablaba en forma intimidatoria. Me preguntó, ¿has estado antes aquí?, y asombrado le contesté,¿ porque la pregunta?, ¿cuál era el problema?,¿ acaso no podía entrar?, ¿que tenia eso que ver con mi visita de esa noche?. Me vuelve a preguntar y le contesto sí, ya estuve aquí. Sin embargo se aproxima a mí,  me mira a los ojos y me dice esas son las reglas, el pregunta y punto. Yo en forma desafiante, con tono sostenido y con la ira contenida le digo, ya te respondí y doy un paso al frente para encararme con su persona. El odio de las miradas se mantuvo por un segundo que pareció una eternidad. Me dice, son 15 libras la entrada, le pago con un billete de 20 pero contrariamente a lo que hago normalmente dejo caer el dinero al mostrador de forma que él lo recoja y me diera el cambio. Me entrega el vuelto, y de nuevo el odio mutuo se hizo saber en una breve y última mirada. Entro al bar y al frente había una barra que te invitaba a una noche que pudiera ser muy larga. Todo limpio y brillante con un personal siempre listo para servirte la próxima bebida. Pido una cerveza, y me siento en el bar notando que al final de éste, que era en forma de “U”, había dos amigas hablando. Una de ella me sonríe. Me dirijo al otro extremo hacia ellas y les pregunto, esto está siempre igual de tranquilo? ella me responde, no, es que todavía es muy temprano. Le pregunto, te puedo invitar un trago? Y me dice, si claro...  ...continùa...

During a visit to London at the beginning of the current decade, he decided to go for a drink after a long journey of touristic attractions. His plan was to literally have one drink that night and get back to rest. He visited this bar with a very flashy entrance which seemed to be rather interesting. 

An intimidating giant doorman was waiting for him at the main door. For some reason he kept asking obnoxious questions not to let the stranger into the premises. Shocked by this harassment the visitor was almost ready to go to different place in order to avoid more bullying from such an unfriendly person. However, his calmed personality, patience, wisdom and after a short conversation gained his right of entrance. 

- Fifteen pounds please, the porter said. 

The stranger paid and handed his brand new black coat (bought in the really afternoon) into the cloakroom. They stared each other for a last time before moving on behind the blue painted glass door that divided the two rooms. For his surprise, he walked into the cleanest bar he had ever seen. The pleasant staff and the posh atmosphere charmed all customers. 

- It could be a very long night ahead, he thought. 

When asking for a drink, he realised there were two girls talking to each other at the end of the “U” shaped bar, right at the corner. Once he had gotten the world famous Mexican beer (iced cold!) on his hand, he catapulted himself there to establish a conversation with them. He made his move asking why such a nice bar was it so empty. One of the girls explained that it was too early for more. 

- Can I invite you for a drink? He interrupted.

- Indeed, she continued. 

To be continued...